estrategia de validación

Estrategia de validación

Un prototipo no es una maqueta. Un prototipo no es un diseño de despacho u oficina. Se hace en un taller pero incorpora el saber de los concernidos o afectados. Para construirlo hemos tratado de entender lo mejor posible el problema que queremos solucionar. Muy probablemente hemos visitado el lugar dónde quedará instalado o dónde será usado. En nuestra visita hemos aprendido a escuchar mejor lo que las personas concerniodas tengan que decirnos. Y esta relación inicial, siendo muy importante no es suficiente.

Escuchados los deseos o necesidades de los concernidos, no es seguro que dispongamos de las capacidades, recursos o tiempo apropiados para atender todos sus requerimientos. Nuestro prototipo entonces será el fruto del encuentro entre lo que queremos y lo que podemos hacer.

Se hace entonces imprescindible un nuevo encuentro con los concernidos para presentarles nuestro prototipo y escuchar lo que tengan que decirnos. El encuentro puede ser duro. De hecho suele ser muy impactante. Tenemos que aceptar que sus criticas, sin embargo, son un tesoro para nosotros que nos muestra todo lo que no sabíamos y ahora podemos aprender. El encuentro entonces no se diseña para justificar nuestra propuesta y demostrar que estamos llenos de inteligencia y buena voluntad, sino justo para lo contrario: recibir comentarios, entender sus enmiendas, comprender mejor las necesidades y aceptar que lo normal en el primer intento es equivocarse. Damos prueba de nuestra capacidad para convertir los errores y fracasos en el motor de nuestro aprendizaje.

El encuentro de validación es clave y, en consecuencia, debe ser bien diseñado. Es una gran oportunidad para comprobar si estamos bien encaminados. Nos toca entonces diseñar con la mayor inteligencia las visitas que tenemos que hacer y quienes son las personas que nos pueden ayudar con sus observaciones. Necesitamos entonces una verdadera estratega de validación.