hito 1_ hechos y afectos

Hechos:

Los hechos ayudan a estabilizar el mundo, aunque sea provisionalmente. Conforman el espacio de los consensos materiales, constrastados y públicos. Por supuesto son perfectibles, revisables y mejorables, pero el mundo está construido sobre la base de los hechos. Esa es la razón por la que son tan necesarios como controvertidos, reivindicados y disputados.

La replicabilidad de los procesos y resultados tiene mucho que ver con el registro de los hechos alcanzados. Por eso, nuestras notas ordinarias dan tanta importancia a los aspectos técnicos, operativos y funcionales que debemos compartir.

Afectos:

Todos los colectivos humanos experimentan malentendidos y desencuentros, o se enfrentan a situaciones que no pueden resolverse mediante razonamientos lógicos o argumentos empíricamente incontestables. Para salir de esas situaciones, hemos aprendido a encontrar atajos, trucos y otras formas de contrabandeo.

Muchas veces la razón no autoriza lo que el corazón exige. Y lo que todos hacemos es confiar en alguien, apostar por lo comunitario, fomentar lo colaborativo... Hablamos entonces de decisiones que quizás no sean racionales, pero que sí pueden ser contadas. Son contrastadas, compartidas y cómplices. Nacen de un esfuerzo y manifiestan nuestra voluntad de crecer juntos. Suponen un trabajo invisible y, en fin, son parte de nuestra voluntad de afectar y dejarse afectar. Son empoderadoras y son memorables. Son eso que a veces llamamos trabajo afectivo y son imprescindibles.

Ningún conocimiento se produce sin activar una red invisible de afectos.

Hechos y Afectos:

Si los hechos estabilizan el mundo, los afectos lo mobilizan. Si los afectos ponen los cuerpos en movimiento, los hechos normalizan o estandarizan el espacio. Si los afectos abren el mundo a sus posibilidades, los hechos condicionan, limitan y concretan el espacio. Si los afectos crean el espacio relacional, los hechos crean el espacio público. Y ambos se necesitan y se codeterminan mutuamente.

Por eso, las notas ordinarias dan cuenta de los hechos compartidos, mientras los hitos describen las afectacciones mútuas. Si buscamos la replicabilidad, necesitamos los hechos. Y si nos importan los procesos, necesitamos los afectos.