motivación

Motivación

En los laboratorios ciudadanos se habla mucho de la importancia de la documentación pero en la práctica se hace sin mucha dedicación y de forma más burocrática que creativa. La documentación puede y debe mejorar.

En todo proceso de producción de conocimiento se toman muchas decisiones que cabe calificar como irracionales y que tienen que ver con asuntos como la confianza, el prestigio, el éxito, la fama, la rentabilidad, la sostenibilidad, la empatía y, en general, razones que no son lógicamente necesarias ni empíricamente irrebatibles. Los colectivos se mueven por criterios que no siempre son fáciles de explicar. Los grupos humanos con frecuencia se encuentran ante situaciones confusas, controvertidas o inciertas de las que se puede salir sin que alguien (un jefe, un líder, un mandón) imponga la solución. En la vida ordinaria funcionan también otras estrategias.

Documentamos para compartir nuestro trabajo y su éxito no es necesario medirlo por la popularidad que logre, sino que puede ser entendido como la capacidad para replicarse o ser replicado. La replicabilidad, sin embargo, no está asegurada si limitamos la documentación a los aspectos técnicos u operacionales. Nuestra hipótesis es que la documentación, en cualquiera de sus formas (paper, cuaderno de laboratorio, report, tesis,...) sólo incluye los aspectos objetivos y deja de lado la dimensión tácita, afectiva, relacional o empática que también forma parte del proceso de producción de conocimiento.

Documentamos también para que quede constancia de nuestra aportación en cada uno de los proyectos que participamos. Reclamar este reconocimiento puede ser una forma de luchar contra la precariedad del trabajo voluntario y una manera de mostrar los aprendizajes realizados.